
Pero entonces aparece esa persona que sí que te conoce, y te dice que sí que vales, que tu puedes, te seca las lágrimas y te pone en pie. Te prohíbe seguir llorando y te saca una sonrisa.
Pero, ¿y si esa persona se va? Se esfuma, desaparece. Ya no puedes tocarla ni abrazarla. Nada. Nada compensa. Nada se le asemeja. ¿Qué haces?
Y entonces, te arrepientes de todas esas veces que te consoló y te dio cariño. Quizás deberías haber estado sola. Porque tú, siempre, pase lo que pase, estarás contigo misma.
yo voy a estar siempre siempre, ya lo sabes¡
ResponderEliminartan cierto como la vida, me encanta tu blog; ya tiene suna seguidora más; si quieres pas apor el mio http://i-am-living-in-a-fantasy.blogspot.com/
ResponderEliminar